miércoles, 3 de mayo de 2017

No puedo con mi alma
Mi ser se ha destruido
Soy mil hojas otoñales que huyen hasta del viento
Al borde del abismo, grita mi corazón
Mi cuerpo no logra pedir que lo rescaten
Se enferma, se autodestruye, se deteriora
No tiene límites
O quiere atravesarlos todos sin importar las consecuencias
Anhelo amor infinito…humano, del que no existe o queda poco
Sólo puedo hallar refugio en Dios
Pero mi mente está tan perturbada que no logro encontrarlo
Hereje
Vulnerable
Con lágrimas que se desprenden por emociones absurdas
Mi garganta, roja intermitentemente desde hace algunos meses, pide paz
Resuena mi nombre que hace tiempo, también, dejó de ser Angelita para ser Ángeles como en el documento
Aparece amor pero no es el de ella
Hay otras puertas pero me autocensuro para abrirlas
Me las ingenio para cerrarlas y que sigan su curso
El corazón late con severidad
Castiga, domina
La razón comprende pero no perdona

El abismo sigue ahí, intacto 

sábado, 7 de enero de 2012

Ella es IV

Ella es cálida, espontánea, inocente, fresca e inteligente. Le gusta su profesión (se define como una "apasionada"), fumarse "el" puchito del día e, imagino, jugar con sus hijas. Aunque colgada nunca deja de estar pendiente, de sonreír y de expresar su dulzura. Ella es de esas personas que nada tienen que ocultar; en sus ojos se refleja su profunda pureza. Una madraza de alma, es lo que mejor la define. Así es ella. Una brisa cálida y una auténtica y sentida sonrisa. La persona que en este momento genera destellos de alegría en mi corazón.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Saudade (Por Miguel Falabella)

Agarrarse el dedo con una puerta duele.
Golpearse la cara contra el piso, duele.
Torcerse el tobillo, duele.
Una bofetada, un puntapié, duelen.
Duele golpearse la cabeza con el borde de la mesa,
duele morderse la lengua, una carie y piedras en los riñones también duelen.
Pero lo que más duele es la saudade.
Saudade de un hermano que vive lejos.
Saudade de una cascada de la infancia.
Saudade del gusto de una fruta que no se encuentra más.
Saudade del papá que murió, del amigo imaginario que nunca existió...

Saudade de una ciudad.
Saudade de nosotros mismos, cuando vemos que el tiempo no nos perdona. Duelen todas estas saudades.
Pero la saudade que más duele es la saudade de quien se ama.
Saudade de la piel, del olor, de los besos. Saudade de la presencia, y hasta de la ausencia consentida.
Tú podías quedarte en la sala, y ella en el cuarto, sin verse, pero sabiéndose ahí.
Tú podías ir para el dentista y ella para la facultad, pero se sabían allí.
Tú podías pasar el día sin verla, ella el día sin verte, pero sabían del día de mañana.
Pero cuando el amor de uno acaba, o se torna menor, al otro le sobra una saudade que nadie sabe como detener.
Saudade es básicamente no saber. No saber más si ella continúa sufriendo en ambientes fríos.
No saber si él continúa sin afeitarse por causa de aquella alergia.
No saber si ella todavía usa aquella mini.
No saber si él fue a la consulta con el médico como prometió.
No saber si ella se alimentó bien últimamente por causa de esa manía de estar siempre ocupada.
Si él estuvo yendo a las clases de inglés, si aprendió a entrar en la Internet y encontrar la página del Diario Oficial.
Si ella aprendió a estacionar entre dos coches.
Si él continúa prefiriendo la cerveza oscura. Si ella continúa prefiriendo jugo de naranja.
Si él continua sonriendo con aquellos ojitos apretados...
Si ella sigue bailando de aquella forma enloquecedora... Si él continua cantando tan bien.
Si ella continua detestando Mc Donald's.
Si él continua amando. Si ella sigue llorando hasta en las comidas. Saudade realmente es no saber!
No saber que hacer con los días que son más largos, no saber como encontrar tareas que detengan el pensamiento,
no saber como frenar las lágrimas al escuchar esa música, no saber como vencer el dolor de un silencio...
Saudade es no querer saber si ella está con otro, y al mismo tiempo querer. Es no saber si él está feliz, y al mismo tiempo preguntar a todos los amigos por eso...
Es no querer saber si él está mas flaco, si ella está mas linda.
Saudade es nunca más saber de quien se ama, y mismo así doler.
Saudade es esto que sentí mientras estaba escribiendo y lo que tú, probablemente, estés sintiendo ahora después de leer...
"En alguna otra vida, debemos haber hecho algo muy grave para sentir tanta saudade..."

miércoles, 7 de diciembre de 2011

agua salada sale sin parar de mi cuerpo. el dolor es algo permanente. es profundo, constante. por momentos no puedo hablar, no me deja hablar. siento un agujero en la garganta que duele. también en el pecho y en el estómago. adelgazo un poco, sí. hambre no tengo mucho y a veces el mismo dolor me cierra la garganta...de casualidad puede pasar algo de agua. agua, ese agua salada que luego vuelve a salir. y así, sin quererlo, sin saberlo, me doy cuenta de que es un ciclo. un maldito ciclo que nunca acaba. ODIO TENER QUE PASAR POR OTRO DUELO! PORQUÉ, SEÑOR!?
no aguanto más...no puedo seguir viviendo con este dolor que me asfixia y penetra cada uno de mis poros...no puedo, de verdad que no...ya no

viernes, 2 de diciembre de 2011

Y cuando será el día en el que pueda, por fin, empezar a ser feliz?

sábado, 8 de octubre de 2011

Ella es III

Ella es espontánea, cálida, amable y compañera. Le encanta hacer escuchar nuevas bandas de música, los momentos entre amigos y el kepi. Sus mates no son los más ricos pero eso se suple con la buena energía que pone en cada cebada. Por cosas del destino, de Dios, del Universo (quién sabe) le tocó ser madre joven. Y fue la mejor mamá que su pequeño pudo tener. Así es ella. Una cálida compañía y abrazo sincero al corazón.

lunes, 29 de agosto de 2011

“Hay personas que nacieron y van a morir en situación de marginalidad social...” Se me pianta el lagrimón, y me desborda la impotencia de saber cuán inútil soy ante tremenda certeza.