sábado, 18 de septiembre de 2010

Te extraño...infinitamente te extraño

Podría decir que conozco el infinito e, inclusive, puedo asegurar que conozco sus límites, sus fronteras crucé. Allí estuve, mucho tiempo perdida, excluida, recluida. Nadie más estaba ahí aunque todo el tiempo escuchara voces y sintiera cuerpos que me rozaban. Dejé de creer en Su Luz. Olvidé Su Amor y la intensidad de Su Energía. No confiaba ya más en Su capacidad de entrega. Y sentí en ese abismo, en ese infinito, que todo era insalvable. No podía seguir el camino. Un muro titánico se imponía ante mí y fuerzas para saltarlo no tenía. Mucho menos para atravesarlo.

Mientras tanto ella, postrada en una cama, era feliz.
Ella, hoy mi ángel de la guardia, se fue eternamente al infinito. A ese del que verdaderamente no se puede volver.
Aquí sigo yo. Luchando y sintiéndola más cerca que nunca.

Te amo Jimenita. Hasta el infinito por y para siempre...

Penetrante y mortal

Sus ojos eran móviles, parecían mojados por las lágrimas, parecían asombrados, frágiles, parecían maleables. Y sin embargo violaban, trituraban, insultaban, reprochaban.

jueves, 16 de septiembre de 2010

El futuro te da libertad. El presente te la quita.

Se me escapó tu alma...

Sentí que estaba triste. Sentí que, de repente, ya ni la energía del universo entero le era suficiente. Sentí que su alma se había quebrado. Y eso era desgarradoramente insalvable para mis manos...