miércoles, 30 de marzo de 2011

"Sólo es posible el terror cuando el miedo es colectivo", Florencia Fossatti, fundadora de Palanca, primera publicación feminista de Mendoza.

viernes, 25 de marzo de 2011

Los sueldos del arte

Realidades y rebusques de teatreros y músicos mendocinos.

Los artistas locales que pretenden obtener un ingreso económico estable para vivir de lo que aman, deben hoy realizar varias actividades simultáneas para alcanzar un salario básico.

Por Ángeles L. Acosta. Especial para Estilo.


Todos los artistas se han preguntado alguna vez -o al menos en sus comienzos- si realmente es posible vivir de lo que les gusta, de lo que han estudiado, para lo que se han perfeccionado y para lo que, algunos, consideran que nacieron; ese famoso “don”, que le llaman. Pregunta ésta tan básica y esencial como compleja e incierta.

Pero, ¿qué sucede en Mendoza con las personas que hacen música y teatro? ¿Se puede sostener económicamente una familia trabajando como integrante de una banda musical? Para saberlo Estilo consultó a ellos, los especialistas, los bohemios, los admirados, los queridos -aunque muchas veces incomprendidos y hasta discriminados- artistas mendocinos.

Hoy, un músico académico que ingresa a la Orquesta Sinfónica de Mendoza percibe un salario mínimo de $ 3.000. Un baterista que participa como invitado en un espectáculo cobra, por 2 horas de show, $ 600. Sumando estas dos cifras casi alcanzaríamos, por ejemplo, el sueldo de un conductor de micro que, cuando se inicia en la actividad, gana $ 3.865 mensuales.

Asimismo la remuneración inicial de un docente es de $ 1.845 y $ 970, poco más de la mitad de ese dinero, es lo que recibe quien se desempeña como parte del equipo técnico de un coro municipal.

Cuando un especialista es invitado para dirigir durante una semana la Orquesta Filarmónica -avalada por el Estado provincial- se le pagan $ 5.000. Por su parte, los salarios mínimos de transporte y educación, dos servicios también públicos, arriban entre ambos a los $ 5.700.

Pero, he aquí el ‘quid’ de la cuestión: los choferes y maestros deben trabajar un mes para juntar su dinero; el director de la batuta, sólo siete días.

“Llevo 45 años haciendo teatro pero recién desde hace 15 puedo vivir íntegramente de esto. Hago teatro popular y humor, que es lo que más me gusta. Hoy vivo bien pero para ello estuve 30 años mal. Actualmente tengo un prestigio y por ello puedo vivir de lo que gano en las funciones”, expresó Ernesto Suárez; director y actor de teatro.

Respecto al dinero que gana por su actividad “El Flaco” explicó: “Por una función de las que realizo al aire libre cobro $ 100. Si viajo a otro país, por ejemplo Perú, me pueden llegar a pagar hasta $ 3.000 por espectáculo; pero eso es una excepción”.

Para los artistas, un recurso muy accesible y remunerativamente estable es, también, desempeñarse como profesores. Una persona que ejerce como docente de teatro en una escuela primaria tiene un sueldo de $ 1.000 por 11 horas semanales.

A este importe se le puede sumar, para lograr un salario más solvente, el dinero obtenido por cada obra de teatro en la que participa. Es decir, por la puesta en marcha de la actividad artística propiamente dicha. “Si actuás solo podés cobrar $ 200 por espectáculo y $ 1.000 para un elenco de cinco personas. Hoy con lo que gano entre dar clases y hacer obras, vivo con lo justo y necesario.

Pero si tuviera una familia no me alcanzaría para alimentarla. Tendría que buscar un trabajo de oficina”, explicó el actor Carlos “Gato” Lorenzi. Agregó: “Está muy bastardeada nuestra profesión. Es muy discriminado todo lo que tiene que ver con lo artístico. Cada vez hay menos salas de teatro y más shoppings”.

En cuanto a la música, existen en nuestro suelo realidades muy diversas y, sin embargo, paralelas. Un músico que trabaja como sesionista, vale decir: tocando una noche en un recital para el que fue especialmente convocado, puede llegar a cobrar hasta $ 800 el show de 2 horas, en el cual toca 15 temas. Esto es, acompañando rítmicamente el repertorio de una cantante popular a través de la percusión, ejecutada con un cajón peruano y una batería.

Asimismo los profesionales que enseñan a tocar un instrumento o a cantar -técnicamente, la voz humana es un medio de comunicación cuyo instrumento es el cuerpo- por medio del dictado de clases particulares, cobran desde $ 40 hasta $ 80 por una hora de lección.

A esta modalidad no sólo recurren aquellas personas que desean simplemente sumar un hobby a sus estresantes vidas sino, también, aquellos profesionales que se siguen especializando aún después de tener un título universitario.

Dos casos particulares, y muy diferentes al resto, son los de los músicos que componen la Orquesta Filarmónica y la Sinfónica de Mendoza. Esta última depende económicamente de la Universidad Nacional de Cuyo. En la Filarmónica el sueldo mínimo mensual de un músico que ocupa el llamado cargo de fila es de $ 4.500, y de $ 3.000 el de la Sinfónica, correspondiente a los músicos de cuerda.

Esta cifra incluye, en ambos casos, cinco ensayos, de lunes a viernes, de 3 horas cada uno y las actuaciones que se realizan una vez por semana. Quizá a primera vista puede parecer mucho dinero y pocas horas de trabajo. Lo cierto es que todas las orquestas del mundo ensayan la misma cantidad de tiempo. Esto es, según explican los músicos, porque es una tarea que requiere de mucha concentración y destreza.

Cuando la orquesta está acéfala, es decir, no tiene un director estable, se trabaja con directores invitados que viven en otros países. Es así como aquel especialista que es convocado para desempeñar ese cargo durante una semana, cobra en la Filarmónica $5.000. Además se le abonan todos los gastos de traslado, estadía y comida.

Cuando el puesto es fijo, el encargado de la batuta de la Sinfónica recibe una remuneración de $ 12.000; y $ 8.000 el de la agrupación provincial. La diferencia estriba en que este último recibe el sueldo básico y negocia que se le abone, por ejemplo, el alquiler de un lugar para vivir. Así se determina la cifra total, según la ley que reglamenta esta área artística.

Una curiosa diferencia entre sendas orquestas es que, en la que sustenta el gobierno, a los integrantes que poseen título -de músico, claro está- se les paga un plus de $ 1.000. En cambio, en la que solventa la casa de altos estudios, el extra para los profesionales académicos alcanza los $ 80.

Otro es el caso de los artistas que componen un coro municipal -por pedido de sus integrantes no citaremos el nombre-. Marina, jefa de cuerda de contraltos, recibe $ 970 mensuales. Esto implica ensayos 3 días por semana, 6 horas en total, actuaciones (sean en Mendoza o en cualquier otro sitio) y reuniones con las integrantes de su cuerda.

Un dato interesante y contradictorio, es que los integrantes de este coro tienen cargos administrativos, no artísticos. Por eso al momento de recurrir al médico de la obra social por una disfonía, el especialista no receta reposo, pensando que la persona trabaja frente a una computadora y no necesita utilizar la voz.

Esto es uno de los múltiples inconvenientes que les suscita el no poder contar su verdadera situación ante una consulta médica, por temor a quedarse sin trabajo. Queda, así, demostrado que no hay una valoración auténtica del artista.

Además, únicamente quien dirige el coro y su asistente tienen un sueldo en blanco. El resto: jefes de cuerda, preparador vocal y percusionista, facturan como monotributistas para dicha entidad. Sus contratos son anuales y pueden o no renovarse cada fin de año.

En este sentido, las mencionadas orquestas de Mendoza lograron un avance que, según varios integrantes de cada una de ellas, se obtuvo gracias a la gestión de Rosa Fader (ex Secretaria de Extensión Universitaria de la UNCuyo), quien consiguió que se crearan categorías artísticas para que los músicos tuvieran un sueldo decente y un trabajo digno.

Tanto músicos como teatreros coinciden en que es posible vivir del arte pero desarrollando simultáneamente varias actividades: dictando cursos, talleres, clases particulares, tocando como sesionista, realizando funciones callejeras “a la gorra” y, por último, haciendo su propia música o interpretando su propia obra de teatro que es algo en lo que también estuvieron todos de acuerdo, lo que más les apasiona.

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http://losandes.com.ar/notas/2010/12/19/sueldos-arte-540345.asp

lunes, 7 de marzo de 2011

Otra vez la asquerosidad del humano

Anoche a los 22 en el Teatro Griego Frank Romero Day debía realizarse la primera repetición del acto central de la Fiesta Nacional de la Vendimia que tuvo lugar allí mismo el sábado 5. Eso nunca sucedió. Los artistas reclamaron al Gobierno que les entregaran, como todos los años, las entradas que les habían prometido para que sus familiares y amigos pudiesen asistir gratis a presenciar la segunda repetición.

Ahora hay indignación, enojo, impotencia, bronca y tristeza. Eso quedó en el pueblo, en los artistas, en los que asistieron a ver la fiesta, en los turistas, en los políticos, en los organizadores, en los coordinadores, en los familiares de los artistas.

Los artistas están enojados con el Gobierno que, para variar, no cumplió con su palabra.

El Gobierno está indignado con los artistas que los hizo quedar mal con el pueblo, razón que resta votos en la campaña política del señor Cazabán. Que, dicho sea de paso, se encargó de que sus súbditos realizaran todo tipo de pancartas para que el escenario de la Vendimia luciera un propagandístico: “Cazabán gobernador”. No se trata de desaprovechar oportunidades, claro.

Los ciudadanos están doblemente emputecidos: por un lado, con los artistas que no brindaron el espectáculo que ellos habían pagado para ver y, por otro, con el Gobierno que nunca soluciona a tiempo ningún conflicto.

Los familiares de los artistas también tienen bronca doble: no pudieron ver la fiesta y sus parientes fueron maltratados por el Gobierno.

Los turistas enojadísimos: viajaron muchos kilómetros para ver la fiesta mayor de los mendocinos y nada. Plata tirada en un viaje que no pudo cumplir su objetivo y más plata tirada en la compra de una entrada que no creen que les devuelvan. Tal vez, si tienen suerte, antes de 2012…

Los organizadores tienen sentimientos encontrados. Hubo artistas que, a pesar de todo, querían salir a escena y dar el espectáculo, a ellos sus respetos. A quienes no quisieron salir también los respetan pero los critican. Al Gobierno lo critican bajito porque están en el medio y no quieren generar más discordia.

En fin, siempre la bronca, la discriminación, la inmundicia, lo bajo, lo oscuro, lo miserable de cada argentino brilla resplandeciente y enceguecedoramente en este tipo de situaciones. Una lástima irreversible que seamos así.

sábado, 5 de marzo de 2011

"No existe una duda peor que la que se siente cuando todos los demás coinciden en una certeza; porque es una duda que empuja hacia la soledad..."
"Cucub alzó la cabeza y quiso sonreír como acostumbraba a hacerlo, de oreja a oreja y con toda el alma...."

Del libro Los días del Venado, de Liliana Bodoc.

Desconexión terrenal

La intangibilidad de la luz, la dulzura de un niño, el resplandor de algo blanco, la incordura de un oligofrénico, los riquísimos lomitos del Ya-Ce, el zambullir de Meolans, la lejanía de China, el verde de la clorofila, la perpetuidad de la muerte, el pogo de un recital, la inmensidad de Dios, el poder del diablo, la frescura de Vivaldi, el asesinato de Hipatia, las sandalias de Jesús, el celuloide que deseó Gaspar, las vacas sagradas de la India, el sarcasmo de Pergolini, la entrega de Raúl, el crujir de la madera en noches de miedo impenetrable, la música del cuerpo de Olga, los brotes de soja del chop suey, las manos perdidas de Perón, el 1789 de la Revolución Francesa.

La incoherencia de este texto, la creatividad inconexa de mi mente, lo inmundo de mi ser.