martes, 9 de noviembre de 2010

Sin título, con lágrimas

Debo soltar tu mano, entender que te tienes que ir...mis lágrimas brotan desde lo más profundo de mí ser y mi corazón no tiene consuelo. Mi mente no quiere entender razones y a Dios no lo hallo por ningún sitio. Mi querida Gisel, cuanto te extraño, qué dura es la vida, cómo lastima tu ausencia, cuan profundo se hiere el alma. Es increíble, inconcebible, impensado.
Se que tu descanso es profundo, pacífico pero también lo se eterno y a eso no logra acostumbrarse mi cabeza, mi ser interior no quiere, se niega a la idea de no verte nunca más...al menos por estos pagos terrenales...